martes, 26 de enero de 2021

Negro

Paso los días escuchando gritar a pájaros a los que les pesa lo superfluo. 

A veces me pregunto que dónde llevo yo toda la vida volando si mi cielo no es el suyo. 


Claro que consuelo su piar y a veces incluso  he querido ser lo que suenan, a veces incluso he conseguido sonar como parecen, pero entonces ya no estoy yo,y vuelven mis conflictivos yo a enfrentarse conmigo porque resulta que hoy quiero ser más que lo que fui ayer porque la realidad es que no me siento nadie. 


Y arrastro esa soberbia con la que me calzo devorando libros porque un día me obsesiono con desmaquillar a las mujeres que tienen la cara llena de manchas de vino y acabo llorando porque no sé cómo hacerlo todavía. 


Intento de nuevo adentrarme en las mayorías y les hablo de lo que habrá por encima de los árboles pero me responden que solo aspiran a crear un nido. 

Y yo no sé cómo juntar ramas y ni siquiera busco con quién unirlas y me paso los meses pensando en un niño que se conforme con un caramelo de los cien niños que ya teniéndolo están berreando por una piruleta. 

Y me sumerjo en la locura hasta encontrar un caramelo, con el miedo a que mi niño se haya muerto cuando yo le consiga su premio. Y se muere, entonces lloro. He perdido. A veces pasa. 


Después le pido a mi monstruo un tiempo para dibujarme otra fachada 

y como tengo que aparentar que no estoy loca, a veces me invento que te echo de menos o que me produce amor algo y así se les pasa. 

O me río y así no escribo. O no camuflo y así siento que encajo.

Pero me rumian las sienes y me obsesiono con un verso y es que entonces es lo único que puede pararme el llanto y cuando no lo encuentro, lo escribo y esas noches, al fin, duermo. Por eso es que llevo mucho tiempo con insomnio. 


Las lunas me las paso bebiéndome las lágrimas que me han hablado ese día y llegas tú y me dices que por qué nunca escupo y me callo porque se me ha olvidado. Y pienso en el hombre que siente calor entre unos cartones y en vez de explicarlo digo que es porque no lo necesito. 


No lo entienden. Hay cosas más importantes. 


Me abrazáis, me decís que no sé vivir 

y os miento diciendo que os voy a hacer caso porque lo pronuncio pensando en sumergirme en un nuevo texto 

que me dé ganas de cambiar un mundo del que no me siento parte. 

Pero pienso en la mujer, en el niño y en el hombre y siento que se lo debo 

y de repente se me pasa.

Y esta mañana perdí pero ahora puedo. 

A veces pasa.




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