domingo, 7 de octubre de 2018

Cobijo

He aprendido que sabes dónde está tu hogar
cuando no paras de desear salir a conocer mundo,
y cuando te lo has comido entero
no pides otra cosa que no sea que te arropen esas sábanas.
E igual resulta irónico que lo verseé yo;
que siempre he sido nómada
y he hablado de besos fugaces
y de ser la estrella de las despedidas,
pero y si ahora, optase por quedarme.

Quizá jamás he asentado mi territorio
porque sabía que tenía tan poco amor para dar,
que no iba a querer nunca bien;
quizá por eso nadie me entiende cuando abrazo,
quizá por eso tienden a decir que doy demasiado poco,
sin pararse a pensar que es lo único que tengo para ofertar.
Lo siento si alguna vez se fueron porque creían que no vomitaba amor por ellos,
lo siento por mí,digo; por haber elegido tan mal
como para que no se hayan enterado de lo que chivan mis ojos.
Solo son espejos, no pienses que chispean si lo que tengo delante no brilla.

Siempre he mudado mi piel para borrar el pasado
y por eso que soy una nueva cada vez
que llega alguien dispuesto a aprenderse mis lunares.
Por eso nadie entiende mis gusanos y mis mareas constantes,
por eso soy cebolla que acaba huyendo
de quién sabe que puede descubrir dónde están mis cicatrices,
no vaya a ser que las arregle
y cuando se vaya decidan ponerse todas a sangrar de nuevo de golpe.
A ver si la hemorragia va a dejarme las vísceras vacías
y voy a tener que gritarte el poco corazón que tengo para que las tapes,
sin caer en la cuenta que con eso solo consigo dejar de quererme.
Pero si ahora opto por primera vez por quedarme
es porque sé que puedo caminar sola,
es porque sé que necesito encontrarme
entre los trozos que alejé de mí,
es porque sé que corro deprisa
porque busco una estación que me lleve a nuevos trenes.

Pero precisamente por esto quiero quedarme.
Porque de repente llega quien te mira
y te hace sentir que el tren eres tú,
y que lo que estás corriendo demasiado rápido es la vida
que te cierras a montar a nuevos pasajeros porque crees que no conduces bien,
tú,
que llevas todo el trayecto superando obstáculos,
tú,
que solo pasas una vez por el mismo camino
porque no te permites volver,
porque siempre te has necesitado a ti más que al resto.
Y cómo no voy a quedarme contigo,
si estoy recorriendo el mundo
y no hago otra cosa que no sea mirar por la ventanilla deseando,
volver a casa.


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