Llevo varios días aullándole a la noche que voy a consumirme
y me lo confirman esas manchas negras que aparecen cuando amanezco.
Aunque dejen las cuencas vacías; fueron caudalosas anoche.
Arrojo las esperanzas que me quedan por el futuro,
me solidifico en una marginal sección del pasado, flagelándome.
Me flagela descubrir que nunca he dejado de correr para llegar al futuro
a sabiendas de que los días pasados siempre fueron los mejores.
Y pasa arrolladora, por mis esquelas, mi vida.
Me susurran que he perdido la felicidad
mientras intentaba buscar dónde conseguirla
y que mi afán por aspirar a la cima nunca me ha hecho ver que realmente ya estaba en ella.
Me hundo mis intentos de creerme estrella ahora que no estás tú;
en estas noches fúnebres de palpitaciones con cafeína
para desenvolverme en lo que me han impuesto por meta
y no hace más que provocarme derrotas,
no hace más que incitarme a rendirme,
no hace más que repetirme que estoy perdida,
ahora que no estás tú para decirme que deje de buscar estrellas
que me enfoque,que yo nunca he dejado de tener la luz en las yemas.
Siempre fue difícil convencerme.
A mí; que siempre he optado por bailar sola
cuando el llanto marcaba el compás de mi vida
y es por eso que no confío en quien me oferta un vals
a mí; que siempre he andando con la muerte en los tacones
por querer huir de quien llega dispuesto a bombardearme el alma.
Ponerse una coraza siempre ha sido la excusa perfecta de quien quiere creerse fuerte;
y correr siempre ha sido la salida de emergencias de quien cree que en el amor está la muerte.
Por eso hice que te fueras.
Porque has amado la marea aún conociendo la tempestad que arrastran mis perlas
y te has confundido al intentar ver dentro de una agua con sal
sin recordar que esta escuece en los ojos.
Nunca he querido que te anclaras a mis manos.
Nunca debiste descubrir mis gusanos rosados,
ahora necesito un salvavidas cada vez que veo que naufrago.
Por eso te incité a que te fueras.
No debes nadar conmigo.
No te conviene.
Yo siempre he ansiado el océano aún sabiendo que soy río;
aún sabiendo que desembocar en mar implicaba que muriera el río.
¡Genial! De tus publicaciones que he leído, esta ha sido la mejor sin duda (para mí). Tienes talento, ¡sigue así!
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