domingo, 19 de febrero de 2017

Salvavidas

La única forma de salvar una vida a alguien
es aprendiendo a perder tus 5 primeras.
Y sí,
igual es que tenemos 7 vidas
y somos amantes suicidas
de todo aquello de lo que dependemos.
Qué pocas personas salvavidas
quedan en este océano
en este barco del que todos alguna vez
hemos saltado o nos han tirado
y hemos acabado con el agua por el cuello
los ojos espuma de mares
rojos como el fuego
y una respiración entre cortada
que grita ayuda
y suena a silencio.

Sé que es difícil.
Pero igual es simplemente eso;
conseguir nadar contracorriente
aceptar el naufragio,
quitarse el miedo
a adentrarse en el océano
que abarcan unas piernas
de piratas irresistibles.
Hoy me he perdido navegando
por el camino a las estrellas
hasta el día en el que fue tu luna.

Y es que jefe
tenías razón cuando me decías
que todo el mundo necesita a alguien que le salve;
que le salve del resto,del daño,incluso de sí mismo,
en fin,que le salve.

Me quedan dos.
Será que la vida es eso.
Será que la vida es que a veces
para querer,hay que dejar ir;
será que a veces hay que morir
para que otro viva.
Hablemos esta noche
de los pocos salvavidas,
que nos quedan.

domingo, 12 de febrero de 2017

Mariposas

En mitad de una generación
de balas perdidas
hay pocos corazones salvavidas.
y muchos menos que esperen salvación.
Siempre me planteo 
como consigo volver a querer;
yo que soy fría
sólo siento con las miradas.

Una generación de miradas perdidas
que es lo único que ya no nos mienten ,
y nos hemos quedado sin agallas 
de volver a mirarnos.
No le temo al miedo,
estaré perdida entre
miradas fugitivas
del sin razón 
del corazón
Fotografía: Esther Dorado
estaré perdida
pero voy a seguir sintiendo
soy adicta a mariposas 
y siempre que miras
una se me anuda en la garganta
y la vomito
directa hacia labios osados.
Mañana lloraré tu pérdida,
pero volveré a mirar
y anudarse mariposas.

Nunca siento lo mismo
cada mirada me sabe distinto.
Y siempre vivimos 
enganchados a ojos 
diferentes,
con el que sientes
a veces hasta se me escapa un te quiero
a regaña dientes.
Por eso,
vida mía,
nunca voy a pedirte nada
sólo mírame 
mírame y no te vayas.
Escúchame,no digas nada
mírame y no te vayas
mírame y no te vayas.

domingo, 5 de febrero de 2017

Por cada veneno

Nadie escribe ya de las recaídas.
De cuando abandonas algo
y de nuevo tropiezas
sin apenas darte cuenta.
Se suele dar por supuesto
que cuando dejas una cosa,
la dejas para siempre.
Y es que si no tenemos ni idea de cómo querer,
imagínate la que tenemos de cómo olvidar.
Y acabamos volviendo siempre,
aún sabiendo el riesgo que conlleva aquello.
Creemos que regresando no habrá que olvidar,
que es simplemente empezar de cero.
Y justo cuando pensamos
que todo se reanuda
a lo único que volvemos
es a perdernos.
¿Qué por qué volvemos entonces,
si sabemos que vamos acabar muriendo de nuevo?
Supongo que en el fondo todos sabemos
que no somos capaces de olvidar
y decidimos intentarlo otra vez.
Al fin y al cabo,
uno siempre vuelve al lugar que lo vio nacer.

Y no nos culpo,
todos queremos lo que nos envenena,
el amor es un veneno
que tarde o temprano,
te acaba matando.

Pero a veces,
decidir que un veneno
te mate de golpe,
acaba siendo menos doloroso
que preferir que lo vaya haciendo
poco a poco.