domingo, 23 de abril de 2017

Quizás

No supe por qué las cosas bonitas
se dicen siempre en las despedidas
por qué los comienzos arrancan tan fuerte
como si se te fuera la vida de repente,
quizás es que no tengo que entender
si no aceptar
quizás no debo obsesionarme
si alguna vez me toca perder
ni preocuparme
esperando el día en el que me hagan mal.

Quizás debería dejar de decidir en quién confiar
y guardar un poco de fe para mí también
quizás debería vivir y atreverme más
porque una vez que lo haga lograré aprender
que cuando te arriesgas a saltar
descubres que esto es una carrera
de obstáculos de tres en tres.

Quizás no amemos lo prohibido
si no que nos prohibamos amar
porque alguna vez nos la jugaron
tal vez;
deberíamos disfrutar de lo bonito que es volar
y no fiarnos de los que el cielo van a prometer
no creer ilusiones que te dolerán
pues si el cielo es lo que va a venirnos después
dime qué es lo que ahora nos van a dar.

Quizás vomito mucho en pocos versos
por lo que lloré por los besos
que nunca te pude dar
quizás me dolió más que te fueras
que saber que era la última vez que me ibas a abrazar.

Quizás algún día yo también me iré,
y dejaré cajones sin cerrar,
quizás los dejaré para a otra persona prometer
que le quiero y algún me verá volver
quizás entonces me recordará
lo que le dije cuando un día yo le conocí
que lo bonito se lo diría al final
y si me iba y le juraba regresar
prometía belleza que no podría cumplir
quizás será el momento en el que le salga decir:
-bésame rápido que me duele menos tu  partir;
y quizás entonces llegaré a entender
lo que otras veces me costó aceptar.


domingo, 16 de abril de 2017

Tu luna




Miro el reflejo
en tus ojos lo descubro
tienes la segunda mirada
más triste del mundo,
parece que te rompieron
por dentro, y vagas
sosteniendo los cristales
tratando de llegar a reconstruirlos.

Escucha eso de dentro;

suena a roto,
destrozado,
desperfecto.
Y mírate las perlas,
siguen sonriendo.

Ay vida mía,
como aprendiste a bailar
sobre cristales rotos
tragando la sangre de tus pies
que te sabe a gloria,
después de haber probado
el veneno de su boca.

Tragas sangre de la herida,
vives adicta al daño,
y será por el temor de los años
o porque ya no te halles viva.

Se lo repito.
Me vuelvo a mirar en el espejo
y se lo repito a la de ahí dentro una vez más
tienes la segunda mirada más triste del mundo.

domingo, 9 de abril de 2017

Día 15

Simplemente empecé a escribir
esto porque dicen que has superado
una historia cuando la cuentas hasta
el final sin llegar a llorar.
Supuse que la había superado.
Pero;
me equivoqué.

Me acordé caminando y leyendo aquello que
firmamos en nuestra avenida:
"Ella es mágica,
tiene poderes."
Han pasado muchas cosas desde entonces,
sobre todo el tiempo.
Tú ya no hueles a magia.
Ya no saltan chispas, no me haces brillar,
descubrí que jugabas sin ningún as en la
manga que pudiese salvar esto,
revelaste nuestro truco a otras piernas
que lamiste hasta la locura.
Ya no hueles a magia.

No hueles a la magia que desprendías,
por la que he buscado nuevos vaqueros que
muevan las caderas como las movías tú,
he buscado nuevas miradas y he aprendido
que los ojos son de quienes los hacen brillar,
he buscado nuevos salvavidas y he descubierto
que somos lo que queda después del naufragio,
he buscado nuevos mundos y he vuelto al tuyo
porque es el único al que llamo hogar.
Y he probado nueva bocas y cuando beso
ya no cierro los ojos.
Porque entonces, apareces tú.

No voy a volver a intentarlo.
En el amor no puedes empezar de cero,
porque esto no va de números.
Y te lo dice una que no pudo medir lo que ha querido.
Así que si me dices ven, voy; a olvidarme de ti.

Qué te sorprende,
si tú mismo lo dijiste;
yo siempre seré mágica,
yo siempre tendré poderes.


domingo, 2 de abril de 2017

Día 10

Quizás la culpa fue mía por pensar 
que todo es eterno
sin caer en la cuenta que todo ocupa
lo que dure 
que la vida no se para por lamentos
y cuando te estás levantando te ha jugado 
una mala pasada el tiempo.

Ya me lo advertían
que besabas otras balas
que te habían atravesado el corazón 
y que te hallabas enamorando 
de otros pétalos marinos 
apenas mareas bajas 
que le hacían perder la cuenta 
de si en verdad era a mí a la que quería.

Arrojamos juntos la piedra del te quiero
pero tú siempre fuiste de esconder la mano.
Cayó el amor en picado
dejó agujereado mi tejado
y ahora sólo entran goteras 
que no hacen más que recordarme 
que me estoy ahogando
y no tengo salvavidas
a mi vera.

Lloré mares y perdí pestañas esa noche,
y a cada una le asignaba un 'me quiere' 'no me quiere'
y entre flor y flor fui recuperando la vista 
de la ceguera que me hacía no alejarme de ti.
Como si me lo hubiese susurrado la almohada,
ya mojada, supuse que esta batalla 
la superaríamos de nuevo juntas.
Y en lo que el sonido de la tempestad marina,
apoderada de mí, al borde del naufragio, callaba,
susurré de nuevo:
-Tranquilo corazón, ya habrá alguien que nos quiera.